domingo, 8 de diciembre de 2013

Los gallinazos sin plumas

Los gallinazos sin plumas

Julio Ramón Ribeyro

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Julio Ramón Ribeyro

BIOGRAFIA :

Julio Ramón Ribeyro nación en Lima, Perú, el 31 de agosto de 1929. Era hijo de Julio Ribeyro y Mercedes Zúñiga. Fue el primero de cuatro hermanos (un varón y dos mujeres). En su niñez vivió en Santa Beatriz, un barrio de clase media limeño y luego se mudó a Miraflores. La muerte de su padre lo afectó mucho y complicó la situación económica de su familia. Estudió en el Colegio Champagnat, e inició los estudiso de Derecho, que abandonó para estudiar Letras en la Universidad Católica del Perú. Recibió una beca para estudiar periodismo en Madrid. Viajó posteriormente a París para preparar una tesis sobre literatura francesa en la Universidad La Sorbona, en esta época pasó temporadas en Alemania y Bélgica. En parís escribió su primer libro Los gallinazos sin plumas. En 1958 regresó al Perú, y en septiembre del año siguiente viajó a la ciudad de Ayacucho, para ocupar el cargo de profesor y director de extensión cultural de la Universidad Nacional de Huamanga. En octubre de 1960 regresó a Francia. En París trabajó como traductor y redactor de la agencia France Presse (1962-72). En 1972 fue nombrado agregado cultural peruano en París y delegado adjunto ante la UNESCO, y posteriormente ministro consejero, hasta llegar al cargo de embajador peruano ante la UNESCO (1986-90).
Hacia 1993 se estableció definitivamente en Lima. En su país fue distinguido con el Premio Nacional de Literatura (1983) y el Premio Nacional de Cultura (1993), habiendo sido galardonado también en 1994 con el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, uno de los galardones literarios de mayor prestigio en el ámbito cultural hispanoamericano.
Se casó con Alida Cordero y tuvieron un único hijo.
Ribeyro es un narrador perteneciente a la Generación del 50, es considerado uno de los mejores cuentistas hispanoamericanos. Pese a su aparente conservadurismo formal, sus cuentos fueron una contribución decisiva para consolidar el paso de la narrativa indigenista a la narrativa urbana en el Perú.
Murió el 4 de diciembre de 1994, días después de obtener el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo.
OBRAS::
Cuento:
Los gallinazos sin plumas  (1955)
Cuentos de circunstancias (1958)
Las botellas y los hombres (1964)
Tres historias sublevantes (1964)
Los cautivos Cuentos
El próximo mes me nivelo (1972)
Silvio en El Rosedal (1977)
Sólo para fumadores (1987)
Relatos santacrucinos (1992)


Novela:
Crónica de San Gabriel (1960)
Los geniecillos dominicales (1965)
Cambio de guardia (1976)

Teatro:
Santiago, el Pajarero (1975)
Atusparia (1981)

Ensayo:
La caza sutil (1975)
Prosas apátridas (1975; 1986)
Dichos de Luder (1989)
La tentación del fracaso (3 vol.) (1992-1995)
Cartas a Juan Antonio (2 vol.) (1996-1998)

PREMIOS
Premio Nacional de Novela (1960)
Premio de Novela del Diario Expreso (1963)
Premio Nacional de Literatura (1983)
Premio Nacional de Cultura (1993)

Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1994)

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Argumento: 
FRAGMENTO:
Efraín y Enrique eran dos pequeños hermanos, su abuelo se llamaba don Santos y ese tenía un chancho llamado pascual.

El abuelo siempre levantaba a sus dos nietos para que trajeran comida en latas para el hambriento marrano. Pero lo que traían los dos niños, para el abuelo era poco y siempre se quejaba de que Pascual estaba flaco y que necesitaba mas comida. Ellos tenían que traer comida de los basurales.

Un día, Efraín se corto la planta del pie con un vidrio cuando regresaba del muladar trayendo la comida a Pascual. Al día siguiente tuvo que ir a traer como sea la comida para el chancho, pero al regresar Efraín se sintió peor y le dijo al abuelo don santos.

El desconsiderado abuelo no entendía nada, el prefería que su chanco estuviera gordo y lo que le pasara a su nieto Efraín no le interesaba nada. Al final, Enrique tenía que ir solo al trabajo y hacer doble trabajo por su hermano. Enrique trataba de traer lo mejor para Pascual.

Un día Enrique trajo del muladar un perro que le pusieron el nombre de Pedro; pero el abuelo quiso botarlo. Enrique convenció al abuelo al decirle que iría con su perro al basural, ya que este tenía un buen olfato para conseguir mas comida para el chancho. Una mañana, Enrique amaneció resfriado y así se fue a traer comida para Pascual. Al día siguiente ya no pudo levantarse por que tenía mucha fiebre. Entonces el abuelo Santos insulto a sus nietos diciéndoles que no servían para nada.


Furioso el abuelo intento de levantarlos diciéndoles que eran ociosos. Enrique trato de levantarse y decidió ir al muladar y llevo varias latas vacías. Al volver Enrique con los cubos llenos de comida, el chancho se lo comió y Enrique lloró por Pedrito y se enfrentó a su abuelo. Enrique empujó la pierna de palo de su abuelo con una vara, y este se resbaló y se precipito de espaldas al chiquero. Enrique y Efraín huyeron.

PROCESO:
Elabore un resumen empleando textos, gráficos, videos y otros qur sean representativos al argumento en mención utilizando el programa de Ms. Power Point y remitir a :
Email: miriamh120101@gmail,com


SALIDA:
 

3er Grado - Generación del 98

Generación del 98


CONTEXTO HISTÓRICO:
Para España el siglo XIX termina con una grave crisis: el final de su imperio colonial en 1898. Este acontecimiento provocó una ola de indignación y de protestas que se manifestaron en literatura a través de los escritores de la Generación del 98.
No es propiamente un movimiento literario, sino un grupo de escritores surgidos tras el desastre del 98 que representan un deseo de renovación político y social entroncado con los regeneracionistas. Coinciden en sus temas: el paisaje castellano, el interés por la vida cotidiana del pueblo y el regreso a los clásicos. Coinciden también en la búsqueda de sencillez en la forma y en el empleo de un lenguaje directo.

Los principales componentes de la generación son: Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Antonio Machado, Pío Baroja y Azorín. Los dos últimos no cultivaron la poesía.



Miguel de Unamuno

BIOGRAFIA :

Poeta, dramaturgo, novelista, filósofo y ensayista español; de una sagacidad, agudeza e independencia poco frecuentes en la literatura hispánica. Unamuno es el mejor prototipo del pensamiento filosófico-moral que alienta y patrocina el trabajo crítico de los escritores de la Generación del 98.
Nació en Bilbao y murió en Salamanca. Estudió el bachillerato en el Instituto Vizcaíno, prosiguió sus estudios en la Universidad de Madrid, donde se doctoró en Filosofía y Letras. Se sometió a oposiciones y obtuvo, en 1891, la Cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, para la que sería nombrado rector de dicha institución, en cuyo cargo permaneció muchos años. 
Además de escritor y profesor, colaboró en gran número de revistas y periódicos de su tiempo. Fue conferenciante en el Ateneo madrileño y en diversos centros de cultura. 

Unamuno fue un poeta genial. Algunos lo consideran como uno de los mejores poetas líricos españoles de su siglo. Fue hondo y fecundo, pero siempre "unamuniano", es decir, muy suyo, inconfundible. En su poesía, Unamuno se deleita, se confiesa, se abre, nos muestra su amor familiar y religioso sinceros, su profunda angustia ante el ser, ante Dios, ante la muerte y ante la inmortalidad de alma. Es un debatir y debatirse continuo consigo mismo. Y a los lectores, su poesía nos zarandea y nos azota, haciéndonos partícipes de sus propias dudas y angustias espirituales, como también es sus "ternuras" humanas..
OBRAS::
Entre sus obras podemos destacar: en ensayo y prosa narrativa, en torno al casticismo: 
·         Paz en la guerra,
·         Vida de Don Quijote y Sancho, 
·         Del Sentimiento Trágico de la Vida, 
·         Niebla, 
·         Abel Sánchez, 
·         La Agonía del Cristianismo, 
·         La tía Tula,
·         San Manuel Bueno,
·         Mártir.
Añadir leyenda

En poesía, además de muchas sueltas, sobresalen:
·         Los Salmos
·         El Cristo de Velázquez.

En teatro: 
·         Raquel encadenada,
·         Medea,

·         El hermano Juan.

Niebla

FRAGMENTO:
Capítulo XXXI.
Aquella tempestad del alma de Augusto terminó, como en terrible calma, en decisión de suicidarse. Quería acabar consigo mismo, que era la fuente de sus desdichas propias. Mas antes de llevar a cabo su propósito, como el náufrago que se agarra a una débil tabla, ocurriósele consultarlo conmigo, con el autor de todo este relato. Por entonces había leído Augusto un ensayo mío en que, aunque de pasada, hablaba del suicidio, y tal impresión pareció hacerle, así como otras cosas que de mí había leído, que no quiso dejar este mundo sin haberme conocido y platicado un rato conmigo. Emprendió, pues, un viaje acá, a Salamanca, donde hace más de veinte años vivo, para visitarme.
Cuando me anunciaron su visita sonreí enigmáticamente y le mandé pasar a mi despacho-librería. Entró en él como un fantasma, miró a un retrato mío al óleo que allí preside a los libros de mi librería, y a una seña mía se sentó, frente a mí.
Empezó hablándome de mis trabajos literarios y más o menos filosóficos, demostrando conocerlos bastante bien, lo que no dejó, ¡claro está!, de halagarme, y en seguida empezó a contarme su vida y sus desdichas. Le atajé diciéndole que se ahorrase aquel trabajo, pues de las vicisitudes de su vida sabía yo tanto como él, y se lo demostré citándole los más íntimos pormenores y los que él creía más secretos. Me miró con ojos de verdadero terror y como quien mira a un ser increíble; creí notar que se le alteraba el color y traza del semblante y que hasta temblaba. Le tenía yo fascinado.
–¡Parece mentira! –repetía–, ¡parece mentira! A no verlo no lo creería... No sé si estoy despierto o soñando...
–Ni despierto ni soñando –le contesté.
–No me lo explico... no me lo explico –añadió–; mas puesto que usted parece saber sobre mí tanto como sé yo mismo, acaso adivine mi propósito...
–Sí –le dije–, tú –y recalqué este tú con un tono autoritario–, tú, abrumado por tus desgracias, has concebido la diabólica idea de suicidarte, y antes de hacerlo, movido por algo que has leído en uno de mis últimos ensayos, vienes a consultármelo.
El pobre hombre temblaba como un azogado, mirándome como un poseído miraría. Intentó levantarse, acaso para huir de mí; no podía. No disponía de sus fuerzas.
–¡No, no te muevas! –le ordené.
–Es que... es que... –balbuceó.
–Es que tú no puedes suicidarte, aunque lo quieras.
–¿Cómo? –exclamó al verse de tal modo negado y contradicho.
–Sí. Para que uno se pueda matar a sí mismo, ¿qué es menester [necesario]? –le pregunté.
–Que tenga valor para hacerlo –me contestó.
–No –le dije–, ¡que esté vivo!
–¡Desde luego!
–¡Y tú no estás vivo!
–¿Cómo que no estoy vivo?, ¿es que me he muerto? –y empezó, sin darse clara cuenta de lo que hacía, a palparse a sí mismo.
–¡No, hombre, no! –le repliqué–. Te dije antes que no estabas ni despierto ni dormido, y ahora te digo que no estás ni muerto ni vivo.
–¡Acabe usted de explicarse de una vez, por Dios!, ¡acabe de explicarse! –me suplicó consternado–, porque son tales las cosas que estoy viendo y oyendo esta tarde, que temo volverme loco.
–Pues bien; la verdad es, querido Augusto –le dije con la más dulce de mis voces–, que no puedes matarte porque no estás vivo, y que no estás vivo, ni tampoco muerto, porque no existes...
–¿Cómo que no existo? ––exclamó.
–No, no existes más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía y de las de aquellos de mis lectores que lean el relato que de tus fingidas venturas y malandanzas he escrito yo; tú no eres más que un personaje de novela, o de nivola, o como quieras llamarle. Ya sabes, pues, tu secreto.
Al oír esto quedóse el pobre hombre mirándome un rato con una de esas miradas perforadoras que parecen atravesar la mira a ir más allá, miró luego un momento a mi retrato al óleo que preside a mis libros, le volvió el color y el aliento, fue recobrándose, se hizo dueño de sí, apoyó los codos en mi camilla, a que estaba arrimado frente a mí y, la cara en las palmas de las manos y mirándome con una sonrisa en los ojos, me dijo lentamente:
–Mire usted bien, don Miguel... no sea que esté usted equivocado y que ocurra precisamente todo lo contrario de lo que usted se cree y me dice.
–Y ¿qué es lo contrario? –le pregunté alarmado de verle recobrar vida propia.
–No sea, mi querido don Miguel –añadió–, que sea usted y no yo el ente de ficción, el que no existe en realidad, ni vivo, ni muerto... No sea que usted no pase de ser un pretexto para que mi historia llegue al mundo...
–¡Eso me faltaba! –exclamé algo molesto.
–No se exalte usted así, señor de Unamuno –me replicó–, tenga calma. Usted ha manifestado dudas sobre mi existencia...
–Dudas no –le interrumpí–; certeza absoluta de que tú no existes fuera de mi producción novelesca.
–Bueno, pues no se incomode tanto si yo a mi vez dudo de la existencia de usted y no de la mía propia. Vamos a cuentas: ¿no ha sido usted el que no una sino varias veces ha dicho que don Quijote y Sancho son no ya tan reales, sino más reales que Cervantes?
–No puedo negarlo, pero mi sentido al decir eso era...
–Bueno, dejémonos de esos sentires y vamos a otra cosa. (…) A ver, ¿qué opina usted de mi suicidio?
–Pues opino que como tú no existes más que en mi fantasía, te lo repito, y como no debes ni puedes hacer sino lo que a mí me dé la gana, y como no me da la real gana de que te suicides, no te suicidarás. ¡Lo dicho!
–Eso de no me da la real gana, señor de Unamuno, es muy español, pero es muy feo. Y además, aun suponiendo su peregrina teoría de que yo no existo de veras y usted sí, de que yo no soy más que un ente de ficción, producto de la fantasía novelesca o nivolesca de usted, aun en ese caso yo no debo estar sometido a lo que llama usted su real gana, a su capricho. Hasta los llamados entes de ficción tienen su lógica interna...
–Sí, conozco esa cantata.
–En efecto; un novelista, un dramaturgo, no pueden hacer en absoluto lo que se les antoje de un personaje que creen; un ente de ficción novelesca no puede hacer, en buena ley de arte, lo que ningún lector esperaría que hiciese... (…) Yo, sea por mí mismo, según creo, sea porque usted me lo ha dado, según supone usted, tengo mi carácter, mi modo de ser, mi lógica interior, y esta lógica me pide que me suicide...
–¡Eso te creerás tú, pero te equivocas!
–A ver, ¿por qué me equivoco?, ¿en qué me equivoco? Muéstreme usted en qué está mi equivocación. Como la ciencia más difícil que hay es la de conocerse uno a sí mismo, fácil es que esté yo equivocado y que no sea el suicidio la solución más lógica de mis desventuras, pero demuéstremelo usted. Porque si es difícil, amigo don Miguel, ese conocimiento propio de sí mismo, hay otro conocimiento que me parece no menos difícil que el...
–¿Cuál es? –le pregunté.
Me miró con una enigmática y socarrona sonrisa y lentamente me dijo:
–Pues más difícil aún que el que uno se conozca a sí mismo es el que un novelista o un autor dramático conozca bien a los personajes que finge o cree fingir...
Empezaba yo a estar inquieto con estas salidas de Augusto, y a perder mi paciencia.
–E insisto –añadió– en que aun concedido que usted me haya dado el ser y un ser ficticio, no puede usted, así como así y porque sí, porque le dé la real gana, como dice, impedirme que me suicide.

SALIDA:
 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

5to Grado Comunicacion - Narrativa Latinoamericana

Narrativa Latinoamericana


CONTEXTO HISTÓRICO:
Los nuevos enfoques de la Narrativa Latinoamericana del siglo XX constituyen una apertura al mundo y su reconocimiento mundial. Su configuración forma parte de un proceso, no a un corte abrupto. Para lograr una aprehensión de estas nuevas formas y sus manifestaciones es preciso tener en cuenta las fluctuaciones literarias que se producen en el siglo XX en América Latina.
La Literatura Latinoamericana del siglo XX se divide en varias etapas:
1.            Narrativa realista hasta 1940. En ella se engloban las tendencias de la Narrativa Regionalista y de la Indigenista.
2.            La Nueva Narrativa. En ella hay una primera etapa de renovación narrativa desde 1940 a 1960 y una segunda etapa de consolidación de la Nueva Narrativa y la explosión del fenómeno del Boomliterario de los años 60'.
3.            El Postboom y la actualidad hasta 1990.
Antecedentes.

Proceso que lleva a la ruptura con la tradición literaria.

La literatura latinoamericana del siglo XVIII y XIX se caracteriza por ser un reflejo de la europea. Así el siglo XX manifestará una ruptura en cuanto a dicho reflejo con una expresión original en función de las manifestaciones literarias europeas y mundiales. El comienzo de siglo, de esta forma, preparará una eclosión para la década del 40'.
SIGLO XVII y XVIII. Las manifestaciones literarias eran crónicas históricas y sociales. No se había desarrollado aún el género novelístico de costumbres. Postulan la influencia de las Nuevas Ideas de autores franceses del siglo XVIII.
SIGLO XIX. La expresión de la Novela Romántica de la época se expresa en tres vertientes:
a.            la novela costumbrista sentimental. Es la expresión amorosa e idealista. En Colombia, Jorge Isaacs escribe “María”, novela sentimental de corte autobiográfico que relata el amor de un joven israelita y una joven colombiana.
b.            la novela costumbrista histórica. Es la expresión de hechos históricos, de clases y grupos opositores. El argentino Domingo Faustino Sarmiento escribe “Facundo”, relato de episodios de la Guerra Grande, protagonizado por el caudillo Facundo Quiroga. Se expresa la contradicción vivida en el Río de la Plata: civilización y barbarie.
la novela de la reforma social. Es la expresión de una literatura que presta atención a la necesidad de reformas políticas y sociales. El pensamiento de la época se ve, de esta forma, más claramente no tanto en las novelas sino en los ensayos con exponentes como el cubano José Martí y el peruano José Carlos Mariátegui.

Gabriel García Marquez

BIOGRAFIA :

Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció como niño único entre sus abuelos maternos y sus tías, pues sus padres, el telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, se fueron a vivir, cuando Gabriel sólo contaba con cinco años, a la población de Sucre, donde don Gabriel Eligio montó una farmacia y donde tuvieron a la mayoría de sus once hijos.

Los abuelos eran dos personajes bien particulares y marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuela, se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad. Entre sus tías la que más lo marcó fue Francisca, quien tejió su propio sudario para dar fin a su vida.

Gabriel García Márquez aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se enamoró: fue la primera mujer que lo perturbó. Cada vez que se le acercaba, le daban ganas de besarla: le inculcó el gusto de ir a la escuela, sólo por verla, además de la puntualidad y de escribir una cuartilla sin borrador..
OBRAS::
1955.- “La hojarasca
1961.- “El coronel no tiene quien le escriba
1962.- “La mala hora
1962.- “Los funerales de la Mamá Grande
1967.- “Cien años de soledad
1968.- “Isabel viendo llover en Macondo
1968.- “La novela en América Latina: Diálogo” (junto a M. Vargas Llosa)
1970.- “Relato de un náufrago
1972.- “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada
1972.- “Ojos de perro azul
1972.- “El negro que hizo esperar a los ángeles
1973.- “Cuando era feliz e indocumentado
1974.- “Chile, el golpe y los gringos
1975.- “El otoño del patriarca
1975.- “Todos los cuentos de Gabriel García Márquez: 1947-1972
1976.- “Crónicas y reportajes
1977.- “Operación Carlota
1978.- “Periodismo militante
1978.- “De viaje por los países socialistas
1978.- “La tigra
1981.- “Crónica de una muerte anunciada
1981.- “Obra periodística
1981.- “El verano feliz de la señora Forbes
1981.- “El rastro de tu sangre en la nieve
1982.- “El secuestro: Guión cinematográfico
1982.- “Viva Sandino
1985.- “El amor en los tiempos del cólera
1986.- “La aventura de Miguel Littín, clandestino en Chile
1987.- “Diatriba de amor contra un hombre sentado: monólogo en un acto
1989.- “El general en su laberinto
1990.- “Notas de prensa, 1961-1984
1992.- “Doce cuentos peregrinos
1994.- “Del amor y otros demonios
1995.- “Cómo se cuenta un cuento
1995.- “Me alquilo para soñar
1996.- “Noticia de un secuestro
1996 – “Por un país al alcance de los niños
1998.- “La bendita manía de contar
1999.- “Por la libre: obra periodística (1974-1995)"
2002.- “Vivir para contarla”
2004.- “Memoria de mis putas tristes”

2010 – “Yo no vengo a decir un discurso”
SALIDA: